Quizá la primera pregunta que se nos ocurre al leer el titulo de este artículo es ¿Qué es la apoplejía? El término no suena muy esperanzador…
Y si os digo que según el San Francisco Health Plan y el Instituto Nacional de Estadística (INE) es la tercera causa de muertes en Estados Unidos, en España, el ictus es la tercera causa de mortalidad, primera de discapacidad grave y segunda de demencia, quizá despierte mas curiosidad aún el saber cual es el significado de este término tan conocido y desconocido a la vez. Digo conocido porque se trata de un ICTUS. El término Ictus engloba un grupo de trastornos cerebrovasculares que incluyen el accidente cerebro-vascular (ACV), ataques cerebrovasculares, hemiplejias y apoplejías. Cabe destacar que el término de apoplejía no es nombrado con suma frecuencia, aún a pesar de su frecuencia de incidencia, ya que el Grupo de Estudio de las Enfermedades Cerebrovasculares de la Sociedad Española de Neurología (SEN) recomienda el empleo del término ictus ante otros.
Es cierto que el término de apoplejía no es nada actual. Se remonta a la época del padre de la medicina Hipócrates, que hace mas de 2400 años escribió sobre el derrame cerebral bajo el termino de “apoplejía” que significa en griego “ataque violento” debido a que generaba una parálisis y un cambio general en el bienestar en la mayoría de ocasiones definitivo y nefasto.
Según la Real Academia Española (RAE), la apoplejía es la suspensión mas o menos completa, y por lo general súbita, de algunas funciones cerebrales, debida a hemorragia, obstrucción o comprensión de una arteria del cerebro.
La apoplejía, es la lesión o daño que se produce en un área del cerebro cuando se detiene el riego sanguíneo y el aporte de oxígeno, lo que provoca la muerte de las neuronas y la pérdida de la función en la parte del cuerpo que es controlada por esa porción dañada del cerebro. Cuanto más tiempo permanece el cerebro sin oxígeno, mayor es el daño. Es grave, y si no se trata a tiempo puede causar daños neurológicos importantes como problemas en la memoria, el habla y el movimiento e incluso la muerte.
Existen actualmente dos tipos de apoplejía visibles (fig.1):
Apoplejía Isquémica, es más frecuente y ocurre por la obstrucción en una arteria cerebral normalmente por un coágulo de sangre o trombo que disminuye el aporte sanguíneo en una zona del cerebro. Esta reducción del flujo sanguíneo conlleva la muerte de neuronas por la falta del aporte de nutrientes y oxígeno que van en la sangre. Puede ser total (isquemia global) o parcial (isquemia focal).
Apoplejía Hemorrágica, es menos frecuente y es producida al romperse un vaso sanguíneo (vena o arteria) derivando en una hemorragia dentro del cerebro. El derrame de sangre produce lesión y desplazamiento de estructuras cerebrales, el oxígeno deja de llegar al cerebro por lo que las células nerviosas mueren en pocos minutos. Las manifestaciones clínicas asociadas a un ictus dependen fundamentalmente del tamaño y de la zona del cerebro afectada. (Vicente, Lecumberri y Gálvez, 2003)
Figura 1
La persona que ha padecido una apoplejía puede sufrir alteraciones motoras, perceptivas y/o cognitivas.
Es fundamental para la rehabilitación de estos 3 aspectos la neurorehabilitación temprana. Cuanto menos tiempo haya transcurrido desde que ha ocurrido la apoplejía mejores resultados se van a dar, ya que la rehabilitación se fundamenta en la neuroplasticidad, siendo la capacidad del cerebro para adaptarse y moldearse en respuesta a demandas ambientales. El trabajo de rehabilitación es muy complejo, donde intervienen un equipo variado de profesionales que deben realizar un majestuoso trabajo en equipo para así poder garantizar una evolución exitosa del paciente. A modo ejemplo, el fisioterapeuta se ocupa de recuperar el movimiento, el logopeda el lenguaje y el neuropsicólogo los aspectos cognitivos.
Los tres trastornos generados por una apoplejía y donde el logopeda es el encargado de intervenir son:
– Afasia (trastorno del lenguaje comprensivo y expresivo)
– Disartria (problemas de articulación)
– Disfagia (problemas de deglución).
Hablando de la Afasia expresiva se puede observar en el paciente una reducción del lenguaje, dificultades en la articulación de palabras, dificultades para acceder al nombre de los objetos (anomia), dificultades en la organización de los elementos de una frase a nivel gramatical y morfológico (agramatismo) y la utilización repetitiva de elementos del lenguaje (perseveraciones). En cambio, a nivel comprensivo, se observa un habla fluida, incluso con exceso de producción de palabras (logorrea) pero con errores en los elementos sonoros del lenguaje: cambios de fonemas, sílabas y palabras para otros fonemas, sílabas y palabras (parafasias) y neologismos. También se puede observar anomia. La comprensión está afectada y por lo tanto, presentan problemas en la compresión de diferentes estructuras gramaticales. (Guinea, 2010)
El principal objetivo de la rehabilitación logopédica es que el paciente consiga comunicarse de la forma más eficiente posible en distintos contextos sociales, aplicando para ello las estrategias de intervención más adecuadas a sus necesidades y entorno.
Según Melle (2007a: 13-14): la disartria es una afectación neurológica del sistema nervioso central y/o periférico que produce dificultades en la programación o la ejecución motora dando lugar a la presencia de alteraciones en el recorrido muscular, la fuerza, el tono, la velocidad y la precisión de los movimientos realizados por la musculatura de los mecanismos que participan en la producción, esto es, en la respiración, fonación, la articulación y la resonancia.
El objetivo del tratamiento de la disartria es mejorar la articulación de la palabra y por lo tanto su comprensión por parte del interlocutor. Los signos y síntomas de la disartria pueden variar según la causa y el tipo de disartria, y pueden comprender los siguientes:
- Pronunciación dificultosa.
- Voz nasal, áspera y grave.
- Bradilalia o taquifemia (alteraciones del ritmo).
- Dificultad para mover los músculos de la cara, los labios y la lengua.
- Volumen alterado.
La Disfagia es un trastorno que dificulta o impide el paso de los de los alimentos líquidos o sólidos de la boca hasta el estómago. Sus principales consecuencias pueden ser: la desnutrición, la deshidratación y los problemas respiratorios causados por aspiraciones (bronquitis, neumonías…) (González, 2009)
Los objetivos del logopeda son recuperar la capacitad de tragar, mantener un buen estado nutricional y evitar las complicaciones respiratorias y tales objetivos se consiguen mediante la modificación del entorno y el cambio de hábitos alimentarios.
Algunos ejemplos de modificación del entorno:
- Utensilios adaptados.
- Mobiliario modificado para mantener una postura recta y equilibrada.
- Evitar el uso de la tele durante la ingesta, evitar conversaciones…
Un cambio de hábitos alimentarios como (fig.3):
- Dividir las comidas para evitar que se alarguen.
- Evitar alimentos pegajosos, duros, secos, que se desmenuzan con facilidad, harinosos y de consistencia mixta tipo sandia, sopas.
- Uso de espesante que faciliten la textura adecuada para cada paciente y caso.
Figura 3
- Ejercicios y técnicas para mejorar la coordinación de los músculos y reestimular los nervios que intervienen en el proceso de la deglución. También hay técnicas de orientación de los alimentos a la boca y técnicas de reeducación del eje del cuerpo y cabeza que favorecen la deglución. Se trata de aprender a introducir el
alimento a la boca horizontalmente y evitar girar y levantar la cabeza mientras se come y masajes de estimulación.
La intervención logopédica temprana en caso de apoplejía tiene como principales objetivos lograr que el paciente tenga una comunicación verbal siempre que sea posible. Y si no es posible la comunicación oral, establecer un sistema de comunicación alternativa (SAC), para así poder facilitar y mejorar la calidad de vida, tanto del paciente como del cuidador.
Es muy importante destacar que se necesita llevar a cabo una rehabilitación multidisciplinar, involucrándose no sólo logopedas sinó terapeutas ocupacionales, neurólogos, fisioterapeutas, psicólogos… para poder cubrir e intervenir en todas las áreas afectadas y poder llevar a cabo una intervención exitosa y de calidad.
Los hombres deberían saber que del cerebro y nada mas que del cerebro vienen las alegrías, el placer, la risa, el ocio, las penas, el dolor, el abatimiento y las lamentaciones. (Hipócrates)
Adriana Loredana Craciun :: Una Logopeda en Madrid
Logopeda Madrid Núm. Colegiado: 28/1066
Logomed Clinica de Logopedia Madrid
Bibliografía:
Camarero González E. Consecuencias y tratamiento de la disfagia. NutrHosp Suplementos. 2009; 2(2): 66-78
FERNÁNDEZ GUINEA, Sara. Neuropsicología del daño cerebral postraumático: programa de evaluación y rehabilitación. En: Perfil Neuropsicológico De Un Paciente Con Trauma Craneoencefálico Severo por Arma de Fuego. Bogotá. 2010. P.7
MELLE, N. (2007a): Guía de intervención logopédica en la disartria, Madrid: Síntesis.
Método Perfetti, E., & a Domicilio, S. Ictus Tratamiento y Rehabilitación.
REAL ACADEMIA ESPAÑOLA: Diccionario de la lengua española, 23.ª ed., [versión 23.4 en línea]. <https://dle.rae.es> [27/11/2020].
Instituto Nacional de Estadística. Causas de Mortalidad en 2020. INE 2020. www.ine.es.
Rojo Amo, A. (2018). La disfagia en pacientes neurológicos.
Vicente, A., Lecumberri, B., & Gálvez, M. Á. (2013). Guía de práctica clínica para el diagnóstico y tratamiento de la apoplejía hipofisaria. Endocrinología y Nutrición, 60(10), 582-e1.